¿Qué me aporta una certificación ISO?
Como consumidores y usuarios finales de servicios todos hemos visto, alguna vez, sellos de ISO junto a nombres de empresas. Los sellos de ISO, junto con los de otras acreditaciones, son reconocimientos al cumplimiento de algo. Son como el diploma de las empresas.
Las ISOs tienen una historia bastante interesante que no contaré hoy. En breve, las normas ISO son un conjunto de estándares internacionales de aplicación universal que garantizan condiciones mínimas de calidad y eficiencia en los procesos empresariales.
Beneficios de tener una ISO
El que una empresa implemente normas ISO aporta, potencialmente, muchos beneficios. Estos son algunos de esos beneficios:
- Mejorar su imagen corporativa y aumenta la confianza que transmite
- Fidelizar la relación con tus terceros y clientes
- Optimizar los procesos internos de la organización, volviéndose más productiva
- Mejorar el compromiso que los empleados sienten por la organización
- Operar bajo el marco de un lenguaje universal
Mejora reputacional
La mejora reputacional suele ser el beneficio más significativo para las empresas que implementan normas ISO. Sin dejar de lado los otros beneficios que comentamos después, demostrar a tu competencia, proveedores, clientes y a los que todavía no lo son, que cumples con una norma ISO, te aporta una imagen de solvencia que te posiciona en un lugar más alto.
Vivimios en un mundo de imagen, tanto en el sentido literal como en el figurado. Tanto la imagen que se transmite como las imágenes que se utilizan (en este caso los sellos de las ISOs) son importantes para asegurar una buena percepción de nuestra organización por los demás.
Transmitir confianza a los demás es un buen punto de partida para iniciar mejores relaciones comerciales y nos da más garantías de que éstas van a ir por buen camino. Cuando el precio no lo es todo hay otros elementos con que competir y este es de los más importantes.
Tener una certificación le da a las organizaciones un cierto estatus. Si una organización ha decidido que eso es tan importante como para invertir en ello, demuestra a los demás que se toma muy en serio lo que hace. Y la certificación suele ser uno de los requisitos que hacen falta para participar en licitaciones. Por lo tanto, según en qué mercados nos queramos mover, lo deseable puede acabar convirtiéndose en lo imprescindible.
Mayor fidelidad
«No te juntes con malas compañías», nos solían decir. Como negocio procuramos relacionarnos con aquellos que trabajan en mejorar continuamente la calidad de sus productos y servicios y eso es lo que está en el centro de la certificación ISO.
Contar con una certificación ISO permite estrechar lazos con clientes y proveedores porque ellos estarán encantados de trabajar con una empresa que está comprometida con lo que hace.
Y no es solo una cuestión de compromiso. La certificación ISO ayuda al cumplimiento de los requisitos legales y regulatorios. Eso es algo que nos aleja al máximo de situaciones complicadas que puedan suponer sanciones legales.
Más productividad
La certificación ISO es el resultado de un trabajo de análisis y mejora de procesos internos. En ese trabajo se produce una mayor comprensión de dichos procesos y esa mayor comprensión de los procesos permite lograr una mayor eficiencia y alcanzar antes los resultados previstos.
No puede haber mayor satisfacción que poder hacer más y hacerlo mejor con los mismos o menos recursos. Y eso es la productividad.
La certificación ISO no es un sello sin más, es la medalla al esfuerzo que hemos hecho por ser más eficientes.
Empleados más comprometidos
Hay certicaciones como la ISO 45001 que demuestran el compromiso de una organización con sus empleados, en este caso a través de las condiciones de trabajo.
La ISO 9001 también indica que los líderes de una organización deben asegurar un entorno de trabajo en el que los empleados puedan sentirse cómodos.
De este modo, tanto por lo que se le ofrece como por lo que se le pide, la certificación ISO integra más a los empleados dentro del proyecto empresarial para que el éxito logrado lo puedan sentir como suyo.
En conclusión...
Las certificaciones ISO, como resultado del proceso de implementación de una cierta norma, representa el logro de hacer un autoanálisis y aplicar mejoras en los procesos de la organización.
Tener una mejor imagen en el mercado, ante nuestros clientes y proveedores. Hacer las cosas de forma más eficiente. Ofrecer un mejor ambiente laboral a nuestros empleados.
Estamos hablando de la clase de tarea donde el esfuerzo se ve claramente recompensado. Y no, certificarse no es tan complicado como parece. Elegir al proveedor adecuado para que nos guíe adecuadamente y nos lo ponga fácil, para que asuma el grueso del trabajo y nos deje lo mínimo imprescindible. Ese es el principio para lograr todos los buenos resultados explicados arriba.