¿Qué tan segura es tu infraestructura en la nube?

La adopción de servicios en la nube se ha disparado en los últimos años. Según un análisis de Spacelift, se estima que para 2026 el valor del mercado global de cloud computing alcanzará los US$ 947.300 millones. La nube se ha consolidado como un pilar fundamental de la economía digital: permite escalar recursos bajo demanda, habilita el teletrabajo, facilita la analítica avanzada e integra servicios de inteligencia artificial que antes estaban fuera del alcance de muchas organizaciones.

Sin embargo, este crecimiento viene acompañado de nuevos riesgos en la nube. La complejidad de los entornos cloud amplía la superficie de ataque y hace más difícil mantener un control exhaustivo sobre accesos, configuraciones y datos. La realidad es que los incidentes de seguridad en la nube afectan ya a la mayoría de las organizaciones, y en muchos casos se deben a errores evitables en la gestión interna. De ahí que cada vez cobre más importancia preguntarse no solo por las ventajas de la nube, sino también por cómo garantizar la seguridad en la nube en el día a día.

Riesgos comunes en la nube

Migrar sistemas a la nube no significa trasladar los problemas de seguridad al proveedor. Aunque empresas como AWS, Azure o Google Cloud invierten miles de millones en seguridad, la responsabilidad compartida implica que la configuración, el acceso y el uso seguro recaen en la organización usuaria. Los riesgos no se limitan a incidentes aislados: en la práctica, cada nuevo servicio activado, cada integración con terceros y cada usuario con permisos mal definidos incrementan la exposición. Por eso es habitual que el origen de los problemas no sea un ataque sofisticado, sino un descuido en la gestión cotidiana.

Migrar sistemas a la nube no significa trasladar los problemas de seguridad al proveedor. Aunque empresas como AWS, Azure o Google Cloud invierten miles de millones en seguridad, la responsabilidad compartida implica que la configuración, el acceso y el uso seguro recaen en la organización usuaria. Los riesgos no se limitan a incidentes aislados: en la práctica, cada nuevo servicio activado, cada integración con terceros y cada usuario con permisos mal definidos incrementan la exposición. Por eso es habitual que el origen de los problemas no sea un ataque sofisticado, sino un descuido en la gestión cotidiana.

Estos con algunos de los riesgos en la nube que más se repiten en las organizaciones:

  • Mala configuración de permisos: según Spacelift, alrededor de un tercio de los incidentes en la nube se deben a configuraciones incorrectas

  • Gestión inadecuada de identidades y accesos: credenciales sin MFA o cuentas sin revisar periódicamente

  • Exposición de datos sensibles: el 54 % de los datos almacenados en la nube se consideran sensibles, frente al 47 % del año anterior (AppSecure)

  • Dependencia de terceros: uso de APIs o servicios externos sin las debidas comprobaciones de seguridad

Además, cerca del 80 % de las empresas ha sufrido al menos una brecha o incidente serio relacionado con la nube en 2025, lo que demuestra la magnitud del desafío (Spacelift).

Casos reales: lecciones aprendidas

Los titulares de prensa muestran que los riesgos no son hipotéticos:

  • Capital One (2019): una mala configuración en AWS permitió la exposición de más de 100 millones de registros de clientes

  • Buckers S3 mal configurados: en múltiples ocasiones, desde empresas tecnológicas hasta administraciones públicas, se han encontrado bases de datos sensibles accesibles públicamente

  • Microsoft Power Apps (2021): errores de configuración dejaron expuestos 38 millones de registros

Estos casos ponen de relieve que el problema no está en la nube en sí, sino en cómo se gestiona.

Auditoría de ciberseguridad en la nube

Una auditoría de seguridad en la nube es el proceso más fiable para identificar vulnerabilidades y verificar el cumplimiento de estándares. Algunas de las áreas clave que debería cubrir son:

  • Revisión de la arquitectura y segmentación de la red

  • Políticas de gestión de identidades (IAM) y control de accesos

  • Configuración de cifrado en tránsito y en reposo

  • Registro y monitorización de eventos de seguridad

  • Cumplimiento normativo en la nube (ISO 27001, RGPD, etc)

El cumplimiento normativo en la nube no solo es una exigencia legal, sino también una garantía de confianza frente a clientes y socios.

Existen frameworks como el CIS Cloud Security Benchmark que sirven de guía para evaluar si la configuración de un entorno cumple con las mejores prácticas. No obstante, una auditoría de ciberseguridad en lan nube permite ir más allá de un simple checklist y evaluar la madurez de todo el entorno.

Tendencias en seguridad cloud 2025-2026

El panorama evoluciona rápidamente y aparecen nuevas líneas de defensa:

  • Zero Trust: asumir que ninguna conexión es segura por defecto y verificar continuamente la identidad y el contexto

  • Automatización del cumplimiento: herramientas que revisan en tiempo real si la configuración de los servicios cloud cumple con políticas predefinidas

  • IA aplicada a la detección de anomalías: algoritmos capaces de identificar patrones sospechosos en logs y accesos, incluso en entornos distribuidos

  • Infraestructura como código segura (IaC): aplicar buenas prácticas de seguridad desde la propia definición del entorno cloud

Checklist básico para mejorar hoy mismo

Aplicar buenas prácticas cloud desde el primer día reduce la probabilidad de incidentes y facilita el cumplimiento. Aunque una auditoría completa requiere de un análisis especializado, cualquier organización puede dar pasos inmediatos:

  1. Activar autenticación multifactor (MFA) en todas las cuentas con acceso a la nube

  2. Revisar periódicamente los permisos de usuarios y roles

  3. Cifrar los datos tanto en tránsito como en reposo

  4. Configurar alertas y monitorización de accesos inusuales

  5. Documentar y ensayar un plan de respuesta a incidentes

Estas buenas prácticas cloud son la base para cualqueir estrategia de seguridad sostenible.

Más allá del cumplimiento

Una auditoría no debe limitarse a comprobar casillas en un checklist, sino a valorar si estamos construyendo entornos cloud seguros y resilientes. Lo importante es valorar la madurez de la organización en ciberseguridad: cómo gestiona incidentes, cómo protege la continuidad de negocio y cómo integra la seguridad en cada fase de su ciclo de desarrollo y operación (DevSecOps). Solo así se logra garantizar la creación de entornos cloud seguros a largo plazo

En resumen...

La nube no es insegura por naturaleza, pero tampoco es segura por defecto. Evaluar preiódicamente la seguridad en la nube es clave. El verdadero riesgo está en no revisar, no configurar correctamente y no auditar periódicamente. Una fuga de datos, una cuenta comprometida o una API expuesta pueden desencadenar consecuencias graves para la reputación y la continuidad del negocio. Invertir en revisiones preventivas es siempre más económico y efectivo que enfrentarse a un incidente ya consumado.

El reto de los próximos años será integrar la seguridad como parte natural de la gestión en la nube, y no como un añadido opcional. Eso implica adoptar buenas prácticas desde el diseño, mantener un ciclo de mejora continua y fomentar la concienciación de todo el personal con acceso a sistemas cloud. En última instancia, lo que está en juego no es solo la protección tecnológica, sino la confianza de clientes, socios y usuarios en la capacidad de la organización para salvaguardar sus datos en un entorno cada vez más complejo.

¿Y tú, cómo proteges tu nube?

La seguridad en la nube no depende solo de la tecnología, sino también de la forma en que la gestionas. A veces, un pequeño descuido basta para abrir la puerta a un incidente mayor.